sábado, 24 de abril de 2010

Corrupción al más alto nivel o cuando el pescado se pudre por la cabeza


No es un acto de decencia la renuncia de Omar Quesada cuando ya se han desatado los hechos que lo involucran con la venta de un terreno en el sur de Lima a 5,000 soles cuando cuesta 40 millones de soles tal y como informara un buen reportaje de IDL Reporteros.
El señor Omar Quesada, muy cercano a Hernán Garrido Lecca, tiene gran responsabilidad en este asunto. Y es una pena decirlo pues consideraba que la opción "cuarentona" era una digna forma de renovar al viejo partido de Alfonso Ugarte. Ahora se ve que no es así. El creer que los asuntos públicos deben ser usados para el beneficio personal es un atributo nefasto para muchos funcionarios provenientes del Partido Aprista.

¿Qué le está pasando al APRA?

Considero que todo esto es consecuencia de la sumisión partidaria al doctor Alan García. La destrucción del ideario aprista para convertirlo en un manual de servicio al interés económico es una consecuencia del desempeño y liderazgo absoluto de Alan García. Me parece increíble que en el APRA no exista una voz que diga basta a la epidemia de indicios de corrupción que se ha desatado y más bien se haga un espíritu de cuerpo con individuos que, a todas luces, se benefician y utilizan a aus contactos en el Parlamento para hacer leyes a la medida. Y no me refiero exclusivamente a los congresistas, me refiero también a los lobbistas que han convertido al Congreso en una simple mesa de partes.

Ya antes el APRA no había hecho nada con los negocios de la esposa del congresista César Zumaeta. Se sabe también de grandes negocios inmobiliarios en la zona de Santa María del Mar. Ahora sale a la luz este grosero negociado con los bienes que pertenecen a todos los peruanos.

Nos preguntamos ¿Cuál es el límite? a este ritmo ¿se dará cuenta el viejo partido de Haya del daño que le hace a la imagen del Perú? No estamos hablando de corrupción de bajo impacto y nivel, sino estamos hablando de megacorrupción, con complicidad de funcionarios de otros poderes del Estado, es decir una vez más el país está sufriendo un saqueo inmisericorde.

Que los dos secretarios del partido teóricamente más importante estén involucrados en graves indicios de corrupción es un signo del segundo alanismo.

2 comentarios:

Luis Enrique Alvizuri dijo...

Señor Sheput:

1. No creo que se trate de un mal del APRA; es algo endémico. Por ejemplo, los dos recientes delfines del PPC, Allison y Heresi, jóvenes, blancos y de apellido importante (cosa que, en el Perú, sí cuenta), ofrecidos por Lourdes Flores como "el futuro de la política peruana", han terminado siendo tremendos aprendices de "políticos tradicionales".

2. Y digo aprendices porque ambos han metido la pata tan a fondo y tan rápido que se han dejado ganar por la ambición de hacer sus faenones antes de tiempo, demostrándonos que son seguidores corregidos y aumentados de sus ejemplos mayores como Flórez Araoz.

3. Pero aun así, con toda la corrupción que haya, eso no basta para explicar el problema del por qué el Perú, después de siglos y varias décadas de prosperidad material (los últimos 20 años de gran afluencia de dinero para las grandes empresas) no haya podido siquiera asomar la cabeza fuera del cuarto mundo en que nos encontramos.

4. Y es que todo apunta, amigo Sheput, a que el modelo que venimos siguiendo y que tratamos de perpetuar es el que, por diseño, produce estas anomalías. Es bueno para aumentar las ganancias de las grandes empresas y crear "Eishas" (al igual que pasa en Haití, en Jamaica o en Dubai) pero es malo para la redistribución y el encaminamiento de un país hacia el desarrollo.

5. Y eso ocurre porque, en este esquema, el Estado no es capaz de regular a la oligarquía sino, por el contrario, se esmera en ceder en todo lo posible a sus intereses personales. El caso CEMEX y la respuesta desafortunada de los Rizo Patrón (Cementos Lima) son una clara respuesta de qué pasa cuando los gobiernos son víctimas de las guerras empresariales por apoderarse del botín estatal.

6. Es mala la corrupción, sí, pero abocarnos a ella nos impide ver a veces que la sola corrupción de por sí no es culpable de nada. Corrupción puede haber en una mafia o entre piratas y esa no es la causa que ellos sean dañinos. Lo que existen son sistemas apropiados e inapropiados, y si se usa uno inapropiado éste será malo, así se lo limpie de toda corrupción o se la erradique.

Muchas gracias.

Juan Sheput dijo...

Estimado Luis Enrique. Tienes toda la razòn. Hay un grave problema de corrupción sistémica, que es la causa de muchos otros problemas. Tal vez el principal problema es nuestro silencio respecto a actos incorrectos. Saludos. Juan