miércoles, 24 de febrero de 2010

Acelerador de partículas podría acabar con el Mundo

No se trata de una noticia exagerada. Desde que se construyó el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) siempre hubo grupos de fanáticos religiosos, periodistas y científicos que decían que, por simple lógica, el LHC podría crear un agujero negro que al final podría engullir la Tierra.
Luego de unos meses en que la llamada "Máquina de Dios" estuvo detenida por reajustes técnicos, grupos de personas con diversos temores en el mundo han acudido a los tribunales para que el LHC, ubicada cerca de Ginebra, en Suiza, no vuelva a ponerse en funcionamiento. El motivo es muy dramático y ya lo mencionamos líneas arriba: podría originarse un gran agujero negro que engulla todo lo que encuentre a su alrededor. Esta hipótesis es en extremo apocalíptica pero, por extraña que resulte, ¿debe un juez considerarla y sacar la denuncia adelante?

La noticia completa la pueden leer a continuación:
¿Pueden los apocalípticos parar la Máquina de Dios?

Cuando quedan pocos días -quizás sea cuestión de horas- para que el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) arranque de nuevo después de unos meses de parón para reajustes técnicos, grupos de personas alarmadas en todo el mundo han acudido a los tribunales para que la «máquina de Dios», situada cerca de Ginebra, en Suiza, no vuelva a ponerse en funcionamiento. El motivo es la más extraordinaria de las denuncias: temen que el acelerador origine un gran agujero negro que engulla todo lo que encuentre a su alrededor. Esta hipótesis es en extremo apocalíptica pero, por extraña que resulte, ¿debe un juez considerarla y sacar la denuncia adelante? Un artículo de opinión firmado en la revista New Scientist, una de las más prestigiosas en el mundo científico, por Eric E. Johnson, profesor de leyes en la Universidad de Dakota del Norte, considera que, aunque hasta ahora las demandas contra el LHC hayan caído en saco roto, si se presenta la reclamación correcta ante el tribunal apropiado, quizás un juez tenga que afrontar muy pronto la cuestión de emitir o no una orden judicial para.... salvar el mundo.
El LHC es la parte esencial de experimento científico más importante del siglo, un túnel circular de 27 kilómetros, excavado a entre 50 y 175 metros de profundidad cerca de Ginebra, en el que los físicos del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) esperan recrear las condiciones en las que se originó el Universo. El invento se inauguró en septiembre de 2008 y fracasó en cuestión de días. Catorce meses más tarde, las partículas comenzaron a circular de nuevo por el acelerador, ésta vez con mucho más éxito. Incluso se alcanzó el récord mundial de energía de 1,18 TeV, hasta entonces en poder del Tevatron estadounidense. Ahora, los científicos quieren darle al interruptor y no parar durante dos años, un maratón en el que se espera alcanzar los 7 TeV.
Desde el principio, la máquina tuvo sus detractores. La mayoría se reúne en un grupo internacional denominado ConCERNed, que incluso presentó una queja ante el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra para denunciar los peligros que supone el colisionador para la población cuando alcance su máximo de energía. El artículo de New Scientist sugiere que un tribunal que se enfrente al caso debería realizar una «prueba de equilibrio», poner en una balanza las supuestas consecuencias de aceptar o no la demanda.
Millones y prejuicios
Por un lado, el CERN sufría un varapalo enorme, con miles de trabajadores con los brazos cruzados esperando una resolución y equipos valorados en miles de millones de euros paralizados, además de poner trabas a una enorme aventura científica, nada menos que conocer el origen del Universo. Por el otro... En fin, por el otro está la cuestión del fin del mundo. Como el terreno de la física es ya de por sí suficientemente espinoso, el tribunal debería consultar a peritos para decidir con seguridad quién tiene razón y quién está equivocado. Claro que el uso de expertos en este caso está lleno de prejuicios: El CERN emplea a la mitad de los físicos de partículas del mundo, y la otra mitad son sus amigos. Todos ellos esperan con ansiedad los datos del LHC.
Los que buscan una orden judicial podrían, por ejemplo, pedir a un tribunal que examine la historia del cambio de argumentos sobre la seguridad del LHC. En 2001, un trabajo teórico apuntaba que la «máquina del Big Bang» podría crear agujeros negros. Dos años después, los científicos dijeron que cualquier agujero negro se evaporaría inmediatamente. En 2008, el CERN publicó un informe de seguridad basado, en última instancia, sobre observaciones astrofísicas de ocho estrellas enanas blancas. Otra cuestión a tener en cuenta, según el editorial de New Scientist, es la tendencia a aceptar la información que confirma nuestras creencias, un comportamiento humano que fue citado por la Junta de Investigación del Accidente de Columbia como una explicación de por qué los responsables del programa de la lanzadera espacial de la NASA ignoraron las señales de problemas. En definitiva, el tribunal que tenga que afrontar el caso del LHC deberá valorar no sólo cuestiones científicas, sino también sus efectos sociales.
(Tomado del ABC de España)

4 comentarios:

Otto dijo...

gracias para darme una buena razon de no votar Toledo. ¿Tomas ABC Esp en serio? Ostia!

JOSé ANTONIO dijo...

Ya lo repararon y ya hicieron unos ensayos y conclusin ...funciona y bien !!
y no se acabó el mundo !!
porqué se desinforma asi a la gente ?? (ABC)
SALUDOS
JOSé ANTONIO

Juan Sheput dijo...

Otto, Josè Antonio, es cierto que la noticia tiene algo de amarilla, pero refleja una posiciòn cientìfica que aparece en una revista de la calidad de Science. Existe la probabilidad, mìnima pero existente, de que algo pase, y ese algo podrìa ser fatal. Y por otro lado, ABC, como Vanguardia, El Paìs, El Mundo, La Razòn, tienen pàginas y columnistas notables.

Luis Enrique Alvizuri dijo...

Señor Sehput:

1. Ojo que lo que se olvida mencionar es la natural competencia que hay entre los grupos científicos norteamericanos con los europeos (que, como toda competencia entre profesionales del mismo género, es a muerte). Ello encubre una necesidad de parte de Estados Unidos de no darle la primacía científica a sus "colegas".

2. De ahí se explica mucho del apoyo (con su silencio) de las críticas a dicho colisionador por parte de las más prestigiosas instituciones norteamericanas. Hay un comprensible celo por tener la primacía en este campo.

3. Recuérdese sino el retroceso a nivel teconológico que ha significado la suspensión de los vuelos del Concorde (un curioso caso en el que se ha ido hacia atrás en el avance y progreso) mediante el cual hoy se prefiere demorar más al hacer el viaje entre América y Europa. ¿La causa? El sabotaje de las líneas norteamericanas a la franco-inglesa -impidiendo que ingresen a su territorio- por cuestiones meramente económicas y de liderazgo (con la excusa del medio ambiente y el ruido).

4. Un caso más reciente es el de los autos Toyota (aquí mencionado) en el cual están involucradas las marcas estadounidenses ansiosas de hacerle perder prestigio y mercado a las japonesas. Y así muchos más en los que se demuestra que, contrariamente a lo que se cree, no hay amor a la ciencia sino al poder que ella otorga.

5. Como sabemos, el mundo humano no es un mundo de ciencia sino de poder, y si las petroleras, por ejemplo, consideran que es mejor paralizar todo avance en materia de energía alternativa lo hacen, aunque ello signifique volver a la Edad Media. Los intereses siempre estarán antes que los descubrimientos. Es el ABC de la geopolitica.

Muchas gracias.