sábado, 19 de septiembre de 2009

Los principios no se defienden de manera selectiva. El caso de Efraín Rúa

Debilita a la Democracia la actitud de silencio e indiferencia que tiene la mayoría de la prensa peruana en el caso de Efraín Rúa del diario La Primera. Como sabemos este periodista ha sido condenado por la jueza del 54 Juzgado Penal de Lima, Irma Simeón Velasco, a dos años de prisión suspendida y al pago de cinco mil soles de reparación en favor de Alan Simón García Nores.
La demanda se origina en una represalia del hijo del presidente García, por haber publicado Rúa una denuncia de los comuneros de San Pedro de Lloc (La Libertad) que acusan al gobierno de presionar por la venta de tierras comunales. Alan Simón aprovechó una declaración de los campesinos que lo vinculan con la empresa Gandules INC SAC, que ha adquirido esas tierras, para presentar una demanda por difamación contra Rúa y el director de LA PRIMERA, César Lévano.
Sin embargo esta no es la única noticia que ha salido sobre el tema. Ya antes, recogiendo los mismos testimonios, otro periodista destacado, Rafo León, había escrito en la revista SOMOS de El Comercio lo mismo, pero sin nombrar explícitamente a los protagonistas. Sin embargo el artículo estaba tan bien redactado, que no dejaba duda sobre los responsables del despojo arbitrario cpntra los comuneros de San Pedro de Lloc.
¿Por qué no dice nada la gran prensa? Vaya a usted a saber. Para El Comercio, que pareciera seguir los pasos de Correo sobre el mismo tema, más importante es que el Fenómeno del Niño sea una posibilidad que un atentado, desde cualquier punto de vista, contra la libertad de expresión. Hasta Uribe, en Colombia, y Fujimori, en Perú, fueron cuestionados por asuntos vinculados a sus familiares. En el Perú de García una publicación no termina en un deslinde del protagonista sino en una acusación y condena judicial contra el periodismo.
Salvo los blogs, donde el Útero ha dado la primera alerta, la prensa plana escrita, radial y televisiva no dice nada sobre el asunto. Después no se quejen cuando la arbitrariedad les llegue a las narices.
Los políticos estamos expuestos al examen público, permanentemente. Es una práctica saludable de la democracia. Por ello desde aquí nuestra solidaridad con el periodista Efraín Rúa por este atentado contra su derecho a informar.

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