En nuestro país se armó toda una polémica que buscaba evitar que se hiciera un Museo de la Verdad que recordara a la sociedad, de manera permanente, los horrores de la violencia que sangró al Perú por causa del terrorismo y de algunos desadaptados de las fuerzas armadas y polciciales. Esta decisión, la de poner en marcha el Museo se paralizó por el discurso confrontacional e irreflexivo de algunas personas que pusieron en cuestión esta iniciativa. Por simple cálculo político se ponía en riesgo a las futuras generaciones, por una sencilla razón: el que no recuerda repite, y repetir el error luego de las circunstancias que rodearon a la guerra contra el terrorismo, sería doblemente fatal.
Sin embargo en nuestros países vecinos, Chile, Argentina, Colombia, se plantean monumentos o museos con igual objetivo y son asumidos por la sociedad sin el nivel de conflictividad local. ¿Falta de madurez? ¿al fujimorismo no le interesa al país? ¿una derecha cavernaria que insiste en su desprecio por los DDHH puede más que los deseos de vivir en paz? No sabemos. En todo caso que lo que viene aconteciendo en Colombia nos sirva de lección para poder lograr la reconciliación, tal y como nos informa el semanario Cambio:
Para que no me olvides
El árbol, seco y sin hojas, sigue en pie. "Es un monumento que recuerda la ignominia de la guerra", dice Eusebia Guerra, sobreviviente de la masacre de El Salado, Carmen de Bolívar, en febrero de 2000, perpetrada por un grupo de paramilitares que asesinó a 60 personas. Una de ellas, Judith Arrieta, fue atada a un árbol y degollada. Los sobrevivientes lo conservan como testigo mudo del horror y como homenaje a las víctimas.
2 comentarios:
Recuerdo que cuando estaba en el 5to año de secundaria llegó al colegio una obra. Para que no me olvides se llamaba. Cuando la ´vi no podía creer que había existido la violencia en tal magnitud... Era chica en ese entonces y creía que los apagones eran algo normal... era niña y lo tomaba como juego.
Ese año se publicó el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación Nacional, como estudiante lo leí en los capítulos más importantes y no podía creer que narraba hechos acontecidos en el mismo territorio que compartimos tantos peruanos.
Es una lástima que se prive a las generaciones jóvenes de tener Memoria. Soy de la idea que los más pequeños de ahora se queden sin historia. La violencia política es parte de nuestra historia, capítulos que muchos quieren que queden en las sombras hasta que en el momento más oportuno se lancen sobre los pobres ingenuos y ostentar nuevamente poder reprimiendo a los jóvenes de una nación sin memoria.
Ing. Sheput, urge promover y consolidar la memoria colectiva de nuestra patria, con el objeto de no repetir hechos que afectan nuestra dignidad y obstaculizan nuestro desarrollo.
Valiéndose del olvido, los fujimoristas por ejemplo pretenden volver a gobernar, pese a haber cometido la mayor corruptela de nuestra historia.
Hagamos que la Comisión presidida por el escritor mario Vargas llosa, cumpla con su misión.
Publicar un comentario