sábado, 9 de mayo de 2009

El Instituto de Libre Empresa, los liberales y el caso Hilaria Supa

Hace unos años un reconocido periodista entonces director de un periódico por la época muy popular, me decía que los que se jactan de ser liberales no tienen nada de liberal y que más bien ahuyentan a aquellos que quieren tener en esta opción una real -e inteligente- posición política. Reflexionábamos en que estos falsos liberales eran más bien lobbistas y mercantilistas y utilizaban de fachada la postura liberal para defender únicamente los intereses de sus clientes. Pero esta falsedad en la convicción, no sólo era una característica sino la causa que en la práctica convirtiera a estas personas en "espanta vocaciones" del liberalismo.
A diferencia de aquellos, reconocidos liberales son, por ejemplo, Federico Salazar, Enrique Ghersi, Juan Carlos Tafur, y -cómo no- los miembros del ILE, todos ellos muy distantes de las prácticas pro-mercantilistas de los falsos liberales.
Este preámbulo viene a colación pues acabamos de leer de punta a punta el excelente artículo de Eugenio D'Medina Lora titulado "Antiliberalismo desde adentro: ¿Durmiendo con el enemigo?" publicado en el portal del ILE Instituto de Libre Empresa, del cual extraemos los siguientes párrafos:
"Solamente desde la ignorancia más supina, anquilosada y tercermundista se puede apelar al exacerbamiento de la discriminación étnica o cultural para pretender defender plataformas políticas, cualquiera sea la tesitura de ésta."
...
"Pero sólo desde la torpeza política, se explica que alguien que pretende jugar con la camiseta de “liberal”, practique precisamente la actitud antiliberal de deplorar el derecho a la diversidad y el respeto a la ley, dos de los pilares del liberalismo, además de la economía de mercado. Al fin y al cabo, el liberalismo es una forma de ver el mundo en el cual, sencillamente, uno convive con la diversidad en el marco del respeto de la ley.
La señora Supa, cuya lengua materna no es el español, tiene derecho de hablar o escribir todo lo mal que quiera en un idioma que no es el suyo, igual que un gringo que viene de EEUU puede masticar apenas el español, sin que pase por ignorante. Y la señora Supa también tiene el derecho de ser congresista porque la ley no exige parámetros académicos para acceder a ese cargo. Si a alguien no le gusta la ley, que haga una campaña para cambiarla o que se postule al Congreso para desde ahí, proponer otra ley. Pero abiertamente, sin rodeos, sin personalismos ofensivos. En suma, sin acudir a ese nada viril y pusilánime “pacto infame de hablar a media voz”, que ya denunciaba hace más de un siglo González Prada como “marca de clase” del temperamento peruano. "
Como ven muy inteligente e ilustrativo, ciertamente digno de un verdadero liberal. Lo pueden leer completo en el siguiente enlace:

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