martes, 19 de noviembre de 2013

Como dos gotas de agua, a propósito de López Meneses y el gobierno

El siguiente es mi artículo publicado el miércoles 20 de Noviembre en Diario 16:

Como dos gotas de agua
Como montesinismo se identificó a la cleptocracia que se enseñoreó en el Perú en la década de los noventa. La cleptocracia se define como el sistema que busca la corrupción de las instituciones, el peculado abierto, la manipulación de la sociedad a través de los medios, el clientelismo político, la ruptura del orden democrático (aunque cuida de su apariencia) y el privilegio de determinados intereses económicos.
A tenor de algunos comentaristas pareciera que el montesinismo  es malo si sirvió a Fujimori y bueno si es que aparece en el gobierno de Humala.  No es así. Es nefasto para la democracia per se y por lo tanto hay que identificarlo y denunciarlo.
El montesinismo necesita para su desarrollo a gobernantes débiles y manipulables, a entornos ambiciosos e inmaduros, a ministros dispuestos a sacrificar todo por un fajín y a un congreso sumiso que deponga valores a cambio de favores. Para que el montesinismo se enseñoree se requiere que el mandatario se deshaga de sus colegas de la primera hora, que vuelva a su partido  una figurita de colección, que destruya a sus enemigos vía la calumnia o la extorsión y que manipule los servicios de inteligencia en pro de sus torcidos intereses.
El presidente Humala sabía desde un primer instante de los nexos de su entorno más cercano con Vladimiro Montesinos. Se le dijo con claridad que su asesor más cercano, Adrián Villafuerte, era hombre de confianza del general montesinista César Saucedo. No hizo caso, siguió con él a su lado, a pesar de las denuncias de manipulación de los ascensos y de la forma como militares de las tres armas desfilaban para reunirse con él en Palacio de Gobierno.
Es en ese sentido que el presidente Ollanta Humala es el gran responsable de la crisis que en estos días remece a su gobierno y daña al régimen democrático.
Por otro lado cuando uno analiza la forma como se desenvuelve este gobierno encuentra un paralelo con lo sucedido en la década de los noventa.  Desde el ninguneo al partido oficialista, cuya bancada parlamentaria  antes manejaban por bíper y hoy por blackberry,  hasta ministros frívolos que aceptan ser pantalla de los que realmente manejan el sector.  Todo parece indicar que lo que habido como consecuencia del destape de la periodista Cecilia Valenzuela es un aborto de una operación de inteligencia encubierta destinada a anular a adversarios en pro de la reelección indefinida conyugal. Claro que esto no lo quieren ver las, digamos  buenas personas, utilizando un término de Fernando Rospigliosi.  Ni siquiera lo ven las dirigencias partidarias, esas cuyos cálculos personales y oportunidades de aprovechamiento del poder son primero que el cuidado del régimen democrático, tampoco los “analistas” y politólogos siempre dispuestos a quedar bien con el poder de turno.  Igual fue en los noventa. Hoy, al igual que ayer, es un puñado de periodistas, al margen de sus medios, y de políticos, al margen de sus partidos, los que en conjunto con un pequeño sector de la sociedad civil se percatan que Ollanta Humala no está diciendo la verdad y algo grave está ocultando.

Hay más de un indicio que nos indica que lo que sucede  es un calco del montesinismo que buscaba la reelección indefinida de Alberto Fujimori. Hoy es más burdo, es cierto, pero está allí a través de sus mismos operadores. No espero absolutamente nada del actual Congreso, en el cual no se va a investigar nada. La pequeñez política blindará cualquier cosa en el intercambio de favores. Este, nuevamente, es un momento para los verdaderos demócratas, aquellos que no tuvieron temor en enfrentarse a un poderoso Vladimiro Montesinos que hoy a través de sus segundones vuelve a aparecer  generando un clima inaceptable de deterioro de la democracia.
Juan Sheput

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Ímpetus Autoritarios

Mi columna de hoy en Diario 16 es respecto a la actitud del presidente de sabotear los esfuerzos del Premier Villanueva y asegurar que gobierna con su familia:
Ímpetus Autoritarios
Especular sobre las razones del presidente Ollanta Humala para emprender una jornada agresiva contra las diversas fuerzas políticas no es un ejercicio inútil. Por los antecedentes demostrados en la última campaña presidencial, más bien debe ser una obligación. Cuando de ímpetus autoritarios se trata la prevención no debe ser  sólo una señal de alerta sino una forma de proteger a la democracia con convicción.
El presidente Humala se ha ratificado en el hecho que gobierna en familia. Se coloca así en el borde de la infracción constitucional. Actúa en forma envalentonada porque sabe que en el Congreso de la República, más allá de declaraciones de algunos parlamentarios  ante los medios de comunicación, las fuerzas políticas no le pasarán la factura al Premier Villanueva. Este recibirá el voto de confianza, a pesar de todo, como consecuencia de un malentendido “fair play” que le hace mucho daño al régimen democrático.
Gracias a ello el presidente Humala seguirá actuando en pared con su esposa, sirviendole de pararrayos para que el crecimiento de la popularidad e imagen de la señora Nadine Heredia no se vea afectada, en una situación concreta de activismo  político con recursos del Estado, cuestión que está prohibida por Ley.  En ese sentido el presidente  no es el único responsable. Lo son también los ministros que se prestan a las acciones proselitistas de la esposa del señor Humala. Lo hacen porque lo ven de manera natural. Es lo que se ha permitido en estos dos primeros años y medio. Ya están acostumbrados a ser  simples acompañantes de la señora Nadine Heredia en actividades que les corresponde protagonizar a ellos por ser  funcionarios de gobierno. El proceso de toma de decisiones se detiene porque están a la espera de la “luz verde” que le otorga la primera dama según propia confesión del Ministro de Defensa. Aceptan que les coloquen los viceministros los cuáles responden directamente a la llamada pareja presidencial o a asesores en la sombra. Es lo que sucede, por ejemplo, en el Ministerio de Educación, en donde  el nuevo ministro Jaime Saavedra ha ratificado a los viceministros responsables de la pésima gestión y mínima capacidad de ejecución presupuestal  que padeció la  exministra  Patricia Salas según informe aparecido en La República escrito por Ricardo Uceda y no desmentido hasta la fecha.
La situación se torna en insostenible porque estamos ya a 11 meses del próximo proceso electoral, regional y municipal. De seguir así, no duden en que la manipulación de la ciudadanía será una práctica común llevada a cabo a través de madrinazgos que no se podrán sancionar porque simplemente la esposa del presidente no es funcionaria pública y por lo tanto tiene libertad de acción. De permitirse eso el proceso electoral del 2016 será sumamente enrarecido, con una democracia empobrecida por obra y gracia de la llamada “pareja presidencial”.
Si el presidente Humala avanza en sus ímpetus arrogantes y autoritarios es porque lo permitimos. Tal y como se permitió, con excepciones, en la segunda mitad de los noventa, periodo con el cual hay, en la actualidad, más de una semejanza.

Juan Sheput

viernes, 8 de noviembre de 2013

Encuesta CPI Nacional Noviembre 2013

CPI presenta su encuesta de Noviembre realizada a nivel nacional. En ella da cuenta que la popularidad del presidente Ollanta Humala continua bajando lo que demuestra que el cambio de Premier no ha sido asimilado por la población aún como hecho impactante. Por otro lado indica que la señora Nadine Heredia de Humala ha subido ligeramente, pues la población no la asocia directamente con el manejo del gobierno. Un dato interesante de la encuesta es la intención de voto para el año 2016 respecto a potenciales candidatos presidenciales. La encuesta completa la puede ver en el siguiente enlace:

http://es.scribd.com/doc/182670285/Encuesta-CPI-NOV-2013-popularidad-presidencial

miércoles, 6 de noviembre de 2013

A propósito de expresidentes, recordando a Don Valentín Paniagua

Mi columna de hoy en Diario 16:

Hace pocos días, en entrevista concedida a El Comercio, el expresidente de Chile, Don Ricardo Lagos, como respuesta a Milagros Leiva ante una pregunta sobre corrupción, señalaba que era a través de la cultura como se le podía combatir. Recordaba, con justo orgullo,  que en Chile se enseñaba, en las escuelas y a los niños, que hubo presidentes en Chile tan decentes y honestos, como el expresidente Pinto que,  al cesar en sus funciones,  sus amigos “le juntaron un par de pesos” para arrendarle una casa en donde vivir. 
Un día después, en el mismo El Comercio, se publicó un estupendo artículo de nuestra destacada historiadora Carmen McEvoy que tenía como inspirador una reflexión sobre la conducta  de nuestros recientes exmandatarios. Sin proponérselo, el mismo sirvió para recordarnos a millones de compatriotas, que en nuestro país también hubo mandatarios decentes. En su artículo trataba del gran Mariscal Don José de la Mar, de sus desprendimientos y de su respeto a la dignidad de la República.
No es primera vez que Carmen McEvoy nos brinda la oportunidad de saber de nuestros grandes repúblicos. Ya antes, en sendos libros, había escrito sobre Manuel Pardo y su trágico legado.
Personajes decentes, respetuosos de la dignidad de la República, a decir de Doña Carmen McEvoy hemos tenido. El problema está en que no los sabemos transmitir  a través de enseñanzas sobre todo a los niños para que se sientan orgullosos de su Nación.
Es así que el drama de nuestros recientes expresidentes nos lleva a un tema de injusticia y peruanísimo olvido de lo bueno y correcto. En los últimos  días, de manera generalizada, se escribe y comenta de los problemas de los tres “últimos expresidentes” y se menciona a Alberto Fujimori, Alejandro Toledo y Alan García. Si bien es cierto hay notables diferencias (que no es el motivo de este artículo) uno está condenado y los otros están en proceso de investigación por lo que no hay que adelantar juicios. Que están en incomodidades y problemas lo están, es un hecho innegable.  Pero referirnos a ellos como nuestros tres últimos expresidentes es un acto injusto hacia un personaje que llenó con su decencia  el inicio de este siglo en el Perú: Don Valentín Paniagua.
Para todos los efectos Don Valentín Paniagua fue Presidente Constitucional de la república del Perú. Fue la persona correcta para un momento especialmente difícil. A pesar de las solicitudes de varios miembros de su entorno cumplió al pie de la letra su promesa de respetar la entrega del poder convocando a elecciones. Sabía que, de permanecer en el poder, habría hecho lo que muchos, de hacer lo opuesto a lo que pregonan,  hiriendo de muerte la confianza puesta en su mandato de conducir  un periodo tan difícil como  el de la transferencia democrática.

Don Valentín Paniagua es uno de los tres últimos expresidentes del Perú que no sólo tuvo un paso decente por la presidencia de la  República sino que tuvo un comportamiento  ejemplar. Es la demostración que se puede ser el primer magistrado de la Nación “respetando la dignidad de la República” a decir de Doña Carmen McEvoy. Está en nosotros contribuir al orgullo del país rescatando y enseñando sobre su legado. Juan Sheput.

lunes, 4 de noviembre de 2013

PP y la apuesta por el Futuro

Agradezco la gentileza del diario El Comercio en invitarme a publicar el día de hoy un artículo en su página editorial. El mismo trata sobre la situación de Perú Posible y si, más allá de los problemas actuales, tiene futuro o no:

PP y su apuesta por el futuro
Nada más cierto que asegurar que la política no se rige por las leyes de la lógica. De no ser así,  los partidos, como consecuencia de sus problemas,  estarían sumidos en profundas crisis, las cuáles, de no ser superadas los llevarían a su extinción. Pero no es tan sencillo. Un partido sin problemas es como un gladiador sin cicatrices. Son parte de la normalidad. El reto está en cómo se afrontan y cómo se enfrentan.  De la dignidad y entereza de un partido depende si se sume en la pequeñez, y por ende en la desaparición, o  galvaniza sus  fuerzas en pos de la consolidación.
Perú Posible navega en estos momentos en un mar de intranquilidad. Un proceso desgastante coloca a nuestro máximo líder, el expresidente  Alejandro Toledo,  en un momento difícil que ha generado rechazo en la población. Ello ha motivado el entusiasmo de nuestros adversarios que vaticinan eufóricos nuestra desaparición. No se dan cuenta que lo que para ellos es la antesala de un momento terminal para nosotros es un reto que debemos enfrentar. Y para ello contamos con una estructura partidaria dispuesta a  reconstituirse sobre la base de nuestra historia y trayectoria comprobada de servicio a la Nación.
Vivimos un momento estresante, es cierto. Pero estos tensores han estado presentes desde el momento mismo de nuestra fundación. Con pocos años de vida, Perú Posible fue gobierno y se puso al frente de una transición inconclusa que sólo culminará cuando lleguemos a la reconciliación y  plena institucionalidad. Para poder administrar el país, el partido conformó un tejido político que subsiste y continuará más allá de sus tejedores. El caudillo aspira a que luego de su vigencia llegue el diluvio en tanto el líder busca trascender a través de la permanencia del partido que ayudó a forjar. En ese sentido se equivocan quiénes en sus bolas de cristal, entumecidas con el vaho del resentimiento, pretenden vernos como desaparecidos. Lo que hay es un momento de agonía, en el sentido de lucha que Unamuno consagró, que exigirá contiendas  dentro y fuera de nuestra organización.
Perú Posible seguirá de protagonista en el siglo XXI porque gracias al temperamento de sus militantes  puede ver con confianza  su  porvenir y no claudicar ante fuerzas políticas y poderes fácticos que desean su desaparición. Los que se abandonan en el  presente se despojan de su derecho al futuro y por ello Perú Posible está concentrado en la defensa de su líder y  consolidación partidaria, hechos complementarios y no excluyentes que marcan la pauta de nuestro compromiso actual.
El partido ya no es el mismo de hace 19 años. Alberga la complejidad de distintas formas de entender el servicio al país a partir de la práctica noble o innoble  de la política. Allí, en las entrañas partidarias, se dará la gran batalla que nos lleve a recuperar el prestigio ante la Nación. Necesitamos del presente para forjar un futuro en que  se  vuelva a reconocer los méritos  que la coyuntura ha puesto en entredicho. Ese es el desafío que los perúposibilistas enfrentamos sin complejos, ya que somos conscientes que la historia lo ha transformado en oportunidad que, de ninguna manera,  vamos a desperdiciar.

Juan Sheput

domingo, 3 de noviembre de 2013

Entrevista a José María Aznar en XL Semanal

Muy interesante la entrevista que concede el expresidente de España Don José María Aznar a la revista XL Semanal. En ella hace despliegue de fortaleza e ironía, habla de su entorno político y de sus críticos. No deja de lado la mención a la prensa, de la cual dice no tener una relación intensa con ella. Y, finalmente, habla de su vocación de poder la que redondea asegurando que "si quisiera volver, volvería".
Como político destacado la entrevista a José María Aznar ha despertado diversos comentarios, desde los elogiosos hasta de aquellos que critican la soberbia. La entrevista, a continuación:




José María Aznar: "Si quisiera desafiar a alguien, lo haría. Si quisiera volver, volvería"




'El compromiso del poder' (Editorial Planeta) es el segundo y último tomo de las jugosas memorias políticas de José María Aznar, que sale a la venta el próximo 7 de noviembre. Nos citamos con él en su despacho de FAES para hablar de este libro cuyo contenido se centra en los ocho años de Gobierno popular que él presidió (1996-2004). Pero también hablamos de actualidad política: del 'caso Bárcenas', de su preocupación por la deriva independentista en Cataluña, de sus relaciones con Mariano Rajoy o del discurso que Ana Botella pronunció en inglés para defender la candidatura olímpica de Madrid.
Esta vez viene solo, ha dejado a Sam en casa, el perro labrador con el que posó hace unos años para nuestra revista; pero, a cambio, nos ha traído media docena de sus famosísimos cuadernos azules, tan prohibidos, tan secretos, tan poderosos y tan enigmáticos ellos.
XLSemanal. Debería exigirse por ley a todos los presidentes de Gobierno que, pasado un tiempo prudencial, publicaran sus memorias lo más detalladamente posible.
José María Aznar. Se supone que puede haber cosas interesantes que decir, sí. En muchos países existe esa tradición. Casi todos los presidentes norteamericanos lo hacen el primer año; otros tardan más y otros no lo hacen.
XL. ¿Se ha mordido bastante la lengua? Se lo pregunto porque veo poca crítica interna y nulo cotilleo político.
J.M.A. Es que yo no soy cotilla. Me gusta que se sepa la historia como es, y la historia va más allá del cotilleo. La verdad es que no me interesa nada el cotilleo.
XL. Pienso en las recientes memorias de José Bono, en las de Alfonso Guerra... ambas, llenas de sobresaltos. ¿La izquierda es más desinhibida, más deslenguada?
J.M.A. Normalmente, sí; pero, sobre todo, la izquierda tiene menos sentido histórico.
XL. En el último capítulo del libro habla de los famosos cuadernos azules, que no solo existen de verdad, sino que son muchísimos y de distintos tamaños.
J.M.A. ¡Claro que existen! ¡Míralos! [Me enseña algunos de ellos repletos de post it]. Los guardo en una caja fuerte. Los hay de dos tamaños: los pequeños son diarios y en los grandes [de tamaño folio] he ido escribiendo comentarios y notas. Son algo así como el desarrollo personal de mi agenda.
XL. ¿Le han ofrecido una fortuna por publicarlos?
J.M.A. Sí [sonríe mientras los recoge para guardarlos], pero no se van a publicar nunca.
XL. En esta segunda parte de su biografía se echa de menos alguna referencia a la boda de su hija, Ana, en el monasterio de El Escorial, con los ríos de tinta que hizo correr.
J.M.A. El libro trata de una época de la historia de la vida española, y la boda de mi hija la veo desde un punto de vista estrictamente personal y particular. Yo era un padre de familia cuya hija se casó en el mismo sitio donde se casan tantos hijos de tantos padres de familia, aunque reconozco que mi situación era un tanto especial porque ella era la hija del presidente del Gobierno; pero esa era una condición que ni ella ni yo ni nadie podía evitar.
XL. Todo era muy especial, sí. También los invitados...
J.M.A. Eran mis amigos. Bueno, algunos eran mis amigos y otros eran los amigos de otros.
XL. Si en aquel momento las críticas se centraron en las características del festejo, años más tarde se fijaron en los invitados a la boda que fueron imputados en la trama Gürtel.
J.M.A. [Rotundo]. Precisamente a esos yo no los conocía.
XL. También se echa de menos que en las 350 páginas del libro no cite a Esperanza Aguirre ni a Alberto Ruiz-Gallardón; y eso que da las gracias a decenas de colaboradores.
J.M.A. El libro trata de algunas etapas del Gobierno y no puede tratarlo todo porque sería interminable. Además, en el primer volumen de mis memorias, cuando se cuenta la historia del partido, allí se habla de Alberto Ruiz-Gallardón y, cuando se cuentan cosas de Cultura, se habla de Esperanza Aguirre.
XL. Una pregunta capciosa: la ausencia de referencia alguna a Esperanza Aguirre que fue ministra, presidenta del Senado y presidenta de Comunidad bajo su mandato ¿no tendrá nada que ver con las relaciones cada vez más tensas que mantiene desde hace un tiempo con la alcaldesa de Madrid, Ana Botella?
J.M.A. No, no; la familia Aguirre y la familia Aznar son amigas desde hace muchísimos años y esa relación continúa. Lo demás forma parte de los cotilleos.
XL. Hace diez años se preguntaba cómo el PSOE podía defender la autodeterminación en Cataluña, el federalismo en Andalucía y el modelo autonómico en Castilla-La Mancha y en Castilla y León...
J.M.A. Que después de diez años nos sigamos preguntando lo mismo denota la crisis profunda en la que sigue sumida una parte importante de la izquierda. A esa izquierda en España le falta arquitectura política porque le falta arquitectura intelectual, por eso sigue con los mismos problemas y con los mismos vicios históricos de siempre.
XL. Señala en sus memorias a cuatro hombres de confianza a los que agradece su extraordinaria labor: Javier Arenas, Rodrigo Rato, Francisco Álvarez-Cascos y Mariano Rajoy. ¿Cómo ve la actual situación de los tres primeros?
J.M.A. Los cuatro, junto con Jaime Mayor, han sido piezas esenciales en la transformación del Partido Popular. Yo solo puedo tener por ellos agradecimiento y reconocimiento porque hicieron un excelente trabajo, tanto en el Partido Popular como en el Gobierno. Son políticos de primer nivel.
XL. Insisto: ¿Cómo ve a Cascos fuera del PP; a Rato después de su paso por Bankia; y a Arenas de nuevo en Madrid... con lo que le pueda pasar?
J.M.A. Cada uno responde de su vida y de sus actos, de lo que hace y de lo que no hace. Yo les deseo a todos lo mejor, pero si a mí me preguntan por las acciones que desarrollaron entonces yo solo tengo palabras de gratitud.
XL. Sea sincero. ¿Qué tal es su relación con Mariano Rajoy?
J.M.A. A Mariano Rajoy procuro molestarlo lo menos posible. Yo nunca llamo a los presidentes, salvo que sea por una cosa excepcional, y a los ministros procuro darles la lata también lo menos posible. No me gusta molestar.
XL. Pero si usted molesta, y mucho, sin necesidad de llamarlos por teléfono... No hay más que ver el revuelo político que crea cada vez que habla.
J.M.A. Vamos a ver. Si yo tengo algo que decir, lo digo y Mariano Rajoy, que es el presidente del Gobierno actual, sabe muy bien lo que yo pienso.
XL. Seguro que a más de uno no le resulta cómodo escucharle decir con cierta frecuencia que usted habría hecho las cosas de otra manera.
J.M.A. Yo no estoy en la política combativa. Yo doy unas ideas para intentar solucionar los problemas que tiene el país. En este momento hay un proyecto de secesión de primera magnitud contra España, que implica la ruptura del pacto constitucional, la ruptura de la convivencia entre españoles y que es el mayor desafío que hemos tenido en mucho tiempo. Eso hay que explicarlo y se ha de saber cómo se puede afrontar, porque se puede, se debe y se tiene que afrontar; y, además, se puede, se debe y se tiene que ganar. España no se va a romper, pero algunos van a llevar a Cataluña al desastre; y eso también hay que evitarlo.
XL. ¿Qué cree que no se está haciendo bien desde el Gobierno respecto a Cataluña?
J.M.A. Esta es una situación de enorme gravedad nacional y lo que yo estoy diciendo es que corresponde al Gobierno liderarla. No basta con que el Gobierno sea aliado de todo aquel que se enfrente con esa posición secesionista.
XL. ¿Y respecto a la crisis económica?
J.M.A. Cuando me preguntan por ella, digo que yo no soy partidario de que se suban los impuestos porque España necesita una recuperación de su aparato productivo, y subir los impuestos restringe el aparato productivo del país y no se recauda lo que se espera. Y, además, a mi juicio, esa carga afecta de manera creciente a las clases medias, lo cual no facilita ni acelera la recuperación económica. Cuando yo gobernaba, se bajaron los impuestos en distintas ocasiones.
XL. Cuando usted gobernaba, la crisis tenía otras características y no estábamos todavía en el euro, al arbitrio de Alemania por el enorme endeudamiento.
J.M.A. Vamos a ver. Si a mí me hubiesen preguntado cuál tenía que ser la respuesta general a la crisis que se desató a partir de los años 2008 y 2009, yo hubiese dado una respuesta distinta. La crisis no se resuelve con una mayor regulación ni con más impuestos... No, al contrario; lo más necesario es más liberalización, más apertura, menos impuestos... Esa era la respuesta y esa sigue siendo la respuesta.
XL. Parece muy decepcionado con la acción del Gobierno y muy crítico con los famosos 'tiempos' de Rajoy.
J.M.A. Bueno, los españoles serán los que tendrán que juzgarlo. Yo me siento un español más al que le gustaría ver que algunas cosas las afrontamos con toda decisión.
XL. Cada vez que hace este tipo de declaraciones, desde algunos medios se lanza la idea de su posible vuelta a la política, algo que usted nunca descarta tajantemente.
J.M.A. Lo que hay que hacer es fijarse en lo que se dice. Yo acabo de hablar en San Sebastián y la clave es si la gente está en desacuerdo o no con lo que he dicho: ¿existe un desafío secesionista? ¿La legalidad se tiene que cumplir? ¿El que no cumple la legalidad se sitúa fuera de la ley? ¿La ley es igual para todos y obliga con todas sus consecuencias? ¿Tenemos la obligación de defender nuestra democracia, nuestro Estado y nuestra nación?
XL. ¿Echó en falta a algún dirigente del PP vasco que lo acompañara en San Sebastián? Hubo sonadas ausencias...
J.M.A. ¡No! Hace mucho tiempo que no echo en falta a nadie. Ni pido a nadie que vaya a los sitios ni paso lista para ver quién va o no va. Cada uno sabe lo que tiene que hacer.
XL Pero, insisto, ¿tiene tentación de volver a la política?
J.M.A. Yo no tengo ninguna tentación política en este momento. Solo soy un ciudadano preocupado por los problemas del país. Y estoy convencido de que se pueden superar, pero también de que para ello hace falta la política. Hoy leía que la política es el arte de negociar. Sí, exacto, la política es el arte de negociar, excepto una cosa: lo innegociable. Usted puede negociar los presupuestos, lo que no puede negociar es la existencia del país, porque eso es innegociable. Las reglas democráticas y el respeto al Estado de derecho son algo que algunos están olvidando con demasiada facilidad. A mí, al final, no me preocupa lo que diga un secesionista, me preocupa que la gran mayoría de la sociedad española se ponga en marcha, que tenga una política activa, que la exprese y que la represente, y que sea lo suficientemente importante y atractiva para merecer la confianza de todos. Eso es lo que me importa.
XL. Queda patente su preocupación, pero no ha respondido con claridad a mi pregunta, ¿qué significa «no tengo tentación política en este momento»? ¿Contempla o no la posibilidad de volver en algún momento al ruedo político?
J.M.A. [Rotundo]. Mire, si yo quisiera desafiar a alguien, lo desafiaría. Si yo quisiera volver, volvería. Y si cumplo con mi responsabilidad diciendo lo que creo que debo decir, es porque me toca insistir en que hay cosas que tenemos que resolver.
XL. ¡Puf! Volvamos a sus memorias. [Sonríe]. En ellas describe muy cercana su relación con el rey. Sin embargo, se ha dicho que, de todos los presidentes del Gobierno que hemos tenido, con usted es con quien menos feeling había.
J.M.A. Con el rey siempre he tenido la relación institucional que se debe tener. En cuanto a la personal, siempre fue correcta y afectuosa, que es la que el rey siempre promueve. Tengo que decir que la trayectoria histórica del rey, el legado del rey y lo que ha significado para España ha sido y es muy importante para la democracia española; y es justo resaltarlo. Yo, desde luego, lo resalto porque el país, además, lo necesita y lo debe saber. La monarquía continúa teniendo en España muchas más ventajas que la república.
XL. Cuenta que el Papa Juan Pablo II es la única persona por la que usted ha sentido admiración, respeto y devoción. ¿Qué le parece, aunque corta, la orientación del nuevo pontífice?
J.M.A. El Papa Francisco está conectando muy bien con sectores no tradicionales de la Iglesia y, probablemente, la Iglesia necesita unas reformas, sin duda importantes, que este pontífice está acometiendo con un estilo distinto. Es verdad que los no creyentes están muy contentos con Francisco y es verdad que algunos creyentes están un poco desconcertados con él. Pero acaba de empezar y todo es cuestión de tiempo y yo creo que seguirá demostrando unas grandes cualidades de reforma de la Iglesia y de seguir acercando y adicionando, tranquila y pausadamente, nuevos sectores a la Iglesia católica.
XL. Permítame que cambie de tercio y le pregunte por el caso Bárcenas. ¿De dónde cree usted que han salido los 40 o 50 millones de euros que, al parecer, atesoraba fuera de España? ¿Cree que eran solo suyos o que Luis Bárcenas ejerce de testaferro de otros miembros del partido?
J.M.A. Primero, eso es algo que está en los tribunales. Segundo, yo no sé si eso es así o no es así. Y, tercero, si es así, solo lo pueden saber quienes lo conocen... y yo lo desconozco totalmente.
XL. ¿Le consta que, mientras estuvo al frente del PP, se cobrasen sobres y complementos?
J.M.A. Que una persona tenga dos salarios porque realiza dos actividades compatibles no significa que tenga sobresueldos. El problema es si los declara o no los declara. Lo que aquí se está haciendo es llamar 'sobresueldo' a un segundo salario, y un salario es un salario. Yo, en toda mi vida, jamás he recibido un sobresueldo. ¡Jamás!
XL. La financiación de los partidos es otro asunto sin resolver. Sin una regulación realista, la contabilidad B debe estar a la orden del día.
J.M.A. Uno de los problemas del mundo de hoy, en general, y de España, en particular, es la hiperregulación. Creemos que, cuanto más regulemos las cosas, mejor van a ser... y eso no es así. Lo que hace falta es que los sistemas sean transparentes y eficaces, y que puedan funcionar y dar garantías y tranquilidad. En este sentido estoy convencido de que el Partido Popular habrá actuado correctamente.
XL. ¿Cómo es ahora su relación con la prensa?
J.M.A. Tengo muy poco trato con periodistas; solo encuentros casuales, no sistemáticos. Pero le diré que las cosas que tengo que hacer públicas ahora, aunque haya quien no lo crea, me cuesta hacerlas. Lo que me gustaría realmente es tener una actividad privada mucho más intensa y que las circunstancias no me obligasen a hablar.
XL. Ana Botella está pasando una etapa complicada al frente del Ayuntamiento de Madrid. ¿Nunca le ha dicho que lo deje, que no hay necesidad de seguir en política en un momento tan difícil?
J.M.A. Ana es una mujer de una fortaleza extraordinaria y se ocupa mucho de las cosas. Antes de la decisión de los Juegos Olímpicos, hablando con Ana, le dije algo de lo cual ella era muy consciente: «Mira, Ana, si Madrid gana la candidatura, la va a ganar a pesar tuyo; y si la pierde, tú vas a tener la culpa. ¿Estás en eso?». Y ella me contestó: «Sí, sí, por supuesto que estoy en eso». Bueno, pues ya está. Probablemente, a ella que tiene una fortaleza grande, una capacidad de trabajo enorme y que es todo un talento político muy importante se le perdonan muchas menos cosas que a los demás por ser quien es y por estar casada con quien lo está. Pero eso no reduce un ápice su fortaleza.
XL. ¿Cómo vio el discurso en inglés de la «relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor»?
J.M.A. Como todo el mundo sabe, España es un país de habla inglesa en donde todo el mundo habla inglés; especialmente los más críticos son los que mejor lo hablan. Unos lo hacen con acento de Oxford y otros lo hablan con acento de Cambridge, y algunos, directamente, con acento de Eton. Y esto es muy impresionante. Y también es muy impresionante darte cuenta de que, cuando hay una persona que habla inglés, porque ha ido a un colegio en el que le enseñaban inglés desde pequeña, y que expone en inglés y que puede tener un acento más o menos marcado... es criticada por eso. Esta es una de las cosas que me tomo con bastante sentido del humor, que es como hay que tomarlo.
XL. El final del libro es esperanzador: «España no se va a romper, va a salir de la crisis». Pero quizá le ha faltado una dosis de autocrítica.
J.M.A. No todos los procesos son perfectos ni existen los países perfectos, pero lo que intentamos es hacer un país mejor y, como buenos liberales, renunciamos a tener la capacidad de resolver todos los problemas. La cuestión básica de un gobernante serio es poder decir: «¡Oiga, yo dejé el país mejor!». Y yo creo poder decirlo.
MIS CUADERNOS AZULES
De dos tamaños. Durante la entrevista, Aznar accedió a sacar algunos de sus cuadernos azules de la caja fuerte para fotografiarlos. «Tengo docenas y docenas de ellos. Todos son azules, con la espiral a un lado, como los de toda la vida. Los más pequeños son diarios y en los más grandes he ido recogiendo comentarios y notas personales de reuniones, actos...».
AZNAR NOS ABRE SU DESPACHO
"En él hay reunidos tres valores: esfuerzo, recogimiento y espítitu castellano»
-Con Clinton: Clinton, en la Moncloa, con Aznar y uno de sus hijos, durante la preparación de la 49.ª cumbre de la OTAN, la primera que se celebró en España, en 1997.
-Con Blair: «Me gusta tener recuerdos de la historia presente y pasada: una hoja del roble de Guernica, fotos de Perejil... o esta con Blair (y Zico, mi primer perro), invitado a pasar unos días con nosotros en Doñana en 1997».
-Los monjes: el recogimiento«Estos monjes de cerámica representan uno de los valores que guardo en mi despacho: el recogimiento».
-El despacho: «Casi todos los libros que hay en mi despacho son de Historia y de Arte, dos de mis pasiones. También tengo obras de arte de Canogar, Tàpies, Úrculo... La mayoría regalos personales. Todos los cuadros que hay en FAES son míos, porque no me caben en mi casa»
-El palomar: Las grandes ideas «Este palomar de cerámica no tiene ningún valor, pero refleja otro de los valores importantes en la vida. El palomar simboliza el espíritu castellano, los cielos abiertos: las grandes ideas».
-El toro: fortaleza y ambición «Es del escultor Juan Ripollés y me sigue allá donde voy desde que me lo regalaron. Simboliza un sentimiento muy español, pero también una fortaleza y una ambición enormes. La fuerza del toro es espectacular. ¿Que si tengo yo fuerza y ambición? Sí, enormes».
-El arado romano: el esfuerzo «El arado es el trabajo duro, el esfuerzo. Es un concepto al que yo doy mucho valor. Y siempre los monjes, el arado y el palomar viajan conmigo a todos los despachos a los que me traslado».